"Es Personal" Podcast por Punto Sero

Paty Retana

Closet con salida emergente | Es Personal E3

Cuando consumo sustancias: el closet invisible y el impacto del estigma

El consumo de sustancias suele ser una experiencia envuelta en el estigma, por lo tanto en silencio y la clandestinidad, es una especie de closet invisible con salida emergente, donde quienes lo viven deben esconder sus elecciones por miedo a el juicio social. Este closet, es un espacio de aislamiento, moldeado por la soledad que muchas personas enfrentan.

En el episodio 3 de Es Personal, protagonizado por Juan Pablo Caicero, se abrió la puerta de este closet para explorar un tema cargado de tabúes y juicios rápidos: el consumo de sustancias. 

Juan Pablo recordó que el escritor Paco Vidarte dice que los closets deberíamos quemarlos porque siempre que abrimos uno, forzosamente se cierra, “en mi caso creo que el primer closet fue el el salir de joto, luego de VIH, más tarde de hepatitis C, y creo que el más duro ha sido hablar de mi consumo problemático de sustancias, salir como un adicto a metanfetaminas es de los más difíciles  pero también como uno de los más luminosos”.

La charla fue clara y respetuosa, buscando evitar etiquetas que dividan entre “quienes consumen” y “quienes no”. En lugar de eso, el episodio se centró en la experiencia propia y sus historias, que ahora muestran a una sociedad que prefiere hacerse de la vista gorda o condenar sin conocer el contexto.

El rostro detrás del consumo

Juan Pablo compartió testimonios que muchas veces comparte en Inspira Cambio AC, un relato sin miedo, con enorme carga emocional parte de su vida. “Yo comencé a consumir en mis veintes, en la fiesta, en un ambiente cuidado y amoroso, donde me la pasaba bien, y siempre terminaba cojiendo” .

“Fueron años muy gozosos fue muy divertido he tenido muy ben sexo, pero un dia con la piedra comense a ver que algo no estaba chido con la piedra, y pude decir “basta” después de conocer el dolor entre otros sentimientos, de hecho estuve durante bastante tiempo sin consumir, tal vez solo mota”.

En este punto dejó claro que deberíamos borrar de nuestro vocabulario y nuestra mente el concepto de Chemsex, ya que no somos europeos, nuestro contexto es muy diferente, y solo mencionarlo estigmatiza a las personas consumidoras porque une permanentemente drogas y sexo, y esto no es así. Quizá por ello el cristal ha dañado tanto a nuestra comunidad y ha elevado su consumo en más de 400% en 10 años.

El estigma y la falta de espacios seguros en donde poder expresarse abiertamente llevan a quienes  consumen a aislarse aún más, a esconderse, a ponerse en peligro desde el momento de consegurlas. Quienes consumen deben lidiar con la presión de ser vistes como “imprudentes” o “irresponsables”, etiquetas que no reflejan la realidad que es muy propia, en “mi caso siempre me la pase muy bien”.

“Pero bueno, en mi caso decidí internarme por primera ocasión en una clínica de rehabilitación, yo veo a mi marido que me ha acompañado en todo esto es muy difícil para él y me dijo ¿no crees que ya es suficiente?, y en ese momento todos se activaron porque es el momento cuando una persona de consumo problemático te está pidiendo ayuda es cuando hay que dársela y continuar  porque “cada persona hará su propio camino y en mi caso como persona de la diversidad creo en la adicción lejos de estigma, en el reconocer cuándo eres peligroso para ti y para quienes te rodean, incluso cuando comienzas a dejar tus hábitos responsables”.

La incomodidad de la sociedad y el juicio automático

Es evidente que el consumo de sustancias provoca incomodidad. Las normas sociales y culturales han creado la percepción de que consumir es sinónimo de fracaso o de debilidad, que incluso forma parte de la delincuencia,  por ello se genera una reacción de rechazo hacia quien se identifican con esta experiencia. Este rechazo puede ser tan intenso que, a menudo, las personas que consumen sienten que deben vivir una doble vida: una para el mundo exterior y otra para su realidad interior.

Caicero lo plantea de forma directa: “¿Por qué sentimos la necesidad de juzgar en lugar de crear espacios seguros llenos de información real para quien puede decidir libremente un consumo informado? ¿Qué nos lleva a clasificar a las personas por un comportamiento que, en la mayoría de los casos, surge es decisión propia?, a muchos les provocará graves problemas y es el mínimo porcentaje, pero a muchos, muchos, pero en verdad muchos más, no.”

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La salud mental como pieza faltante

Uno de los puntos clave del episodio fue la importancia de entender que el consumo de sustancias y la salud mental están estrechamente relacionados. En muchos casos, el consumo lleva a las personas usuarias a encontrar escenarios desconocidos, de ahí la importancia de saber identificarlos y decidir hasta dónde. Sin embargo, en lugar de recibir apoyo, quienes atraviesan esta situación suelen encontrarse con una sociedad que los excluye.

Por ello es fundamental saber reconocer cuando se necesita ayuda, y pedirla, quizás dar señales es suficiente. y es que “me encuentro en un punto que la rehabilitación es el único camino para salvarme de mí mismo, y establecer una relación nueva con mi consumo”. Y es que el consumo  no es la raíz del problema, sino más bien cuál es la relación que tienes con eso”.

Un llamado a la empatía y al entendimiento

El episodio concluyó con una reflexión poderosa: la necesidad de abrir espacios de diálogo, de crear una cultura que permita hablar de temas difíciles sin miedo al rechazo. Esto significa replantear nuestras percepciones, cuestionar nuestros prejuicios.

Juan Pablo cerró con un mensaje directo para la audiencia de Punto Sero: “No se trata de hacer apología, sino de compartir mi experiencia porque seguramente ”alguien” puede identificarse. Si seguimos juzgando, las personas seguirán viviendo en silencio, atrapadas en un closet invisible. Pero si elegimos escuchar, quizás logremos ayudar a quienes buscan salir de la clandestinidad, y recibir la ayuda a su medida sin temor al rechazo.”

Este episodio nos invita a reflexionar sobre el papel que jugamos en el mantenimiento del estigma y cómo, al abrir el diálogo y desmitificar el consumo, podemos convertirnos en agentes de cambio, promoviendo una sociedad más empática e inclusiva.

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Si crees que tienes un consumo problemático de sustancias comunícate a la Línea de la vida al 800 911 2000