"Es Personal" Podcast por Punto Sero

Paty Retana

El orgullo que venció al miedo en Brasil

En 1997, apenas dos mil personas se atrevieron a salir a las calles de São Paulo para exigir algo tan básico como vivir con dignidad. Muchas iban con el rostro cubierto. No era por timidez. Era miedo. Miedo a ser despedidas, expulsadas de casa, golpeadas o encarceladas por el simple hecho de amar a quien querían o ser quienes eran.

Aquel 28 de junio, la consigna era tan sencilla como contundente: “Somos muchos, estamos en todas partes.” Lo que comenzó como una manifestación pequeña, casi tímida, se convirtió con los años en la marcha del Orgullo LGBT+ más grande del mundo.

En 2024, esa misma avenida Paulista fue testigo de algo gigantesco: tres millones de personas bailando, marchando, besándose, recordando. Banderas al viento, cuerpos libres, memoria colectiva. Una ola de arcoíris y lucha que desbordó las calles, la ciudad y las fronteras. Porque el orgullo brasileño ya no cabe en un solo país.

Pero este camino no ha sido fácil. Brasil ha logrado avances significativos. El matrimonio igualitario es legal desde 2013. Las personas trans pueden modificar su identidad sin necesidad de cirugía desde 2018. Y desde 2019, la Corte Suprema equipara la homofobia y la transfobia con los crímenes de racismo. Sin embargo, la realidad no se pinta solo con colores brillantes.

Brasil sigue siendo, año tras año, el país donde más personas trans son asesinadas en todo el mundo. En 2022 se reportaron más de 130 crímenes de odio hacia personas trans, la mayoría en contextos de pobreza, exclusión o trabajo sexual. La discriminación laboral, el acoso cotidiano y la violencia institucional siguen presentes, aunque a veces queden fuera del encuadre de las selfies multitudinarias.

La marcha del Orgullo en Brasil es, por eso, un símbolo complejo. Es celebración y es duelo. Es memoria y es futuro. Es política, cultura y supervivencia. Allí se habla de placer, de salud sexual, de VIH, de derechos laborales y también de amor. Amor con todas sus letras, con todos sus cuerpos, con todas sus identidades.

En Punto Sero creemos que contar esta historia es tan importante como vivirla. Porque la visibilidad no es un lujo: es una herramienta de cuidado. Porque el orgullo no se improvisa: se construye desde la rabia, desde el abrazo, desde la risa compartida entre quienes ya no están solxs.

Y porque cada persona que hoy marcha, también está escribiendo historia.

🌟 El orgullo sigue escribiéndose

Este junio, mientras Brasil sintoniza su marcha más vibrante, también se enfrenta a cifras tremendas de violencia y exclusión. Pero cada cuerpo que camina es un acto de desobediencia sana. Cada mensaje en la pancarta es una demanda de justicia.

¿Conocías estos datos? Etiqueta a alguien que debe saberlo y ayúdanos a recordar que el orgullo también es memoria, visibilidad y compromiso.