Cada 4 de septiembre se conmemora el Día Mundial de la Salud Sexual, pero para muches de nosotres no basta con un recordatorio simbólico: necesitamos que la salud íntima deje de ser un privilegio y se convierta en un derecho real, vivido desde el goce, la información y la dignidad.
Porque la sexualidad no se vive en blanco y negro. Se siente con colores, se nombra con matices, se explora con dudas, con risas, con lágrimas, con miedo a veces, pero también con ganas. Y eso, justo eso, también es salud.
Desde Punto Sero nos sumamos al llamado de AHF Latinoamérica y el Caribe para insistir: hablar de salud sexual no es solo hablar de ITS o VIH. Es hablar de deseo, de consentimiento, de libertad, de cuerpos que gozan, que dudan, que se cuestionan. De placer sin culpa. De autocuidado sin castigo. De amor propio con derechos humanos.
Hoy sabemos que más de un millón de personas adquiere cada día una ITS curable en el mundo. En América Latina, más de 38 millones conviven con alguna sin saberlo. Y mientras tanto, el estigma sigue ahí, disfrazado de silencio, de prejuicio, de “eso no se dice”.
Por eso, desde este espacio que es nuestro —tuyo, mío, de nosotres—, te lo decimos claro: cuidarte también es desearte bien. Hacerse una prueba no es un castigo, es una caricia. Preguntar no es ignorancia, es amor. Y exigir servicios de salud sin discriminación no es un lujo: es lo mínimo.
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Tres pilares que importan (y que deberían importarle a todas las políticas públicas)
✨ Bienestar físico y emocional:
Vivir libres de coerción, miedo o violencia.
¡El placer también cuenta!
👁️ Una visión positiva de la sexualidad:
Expresar quiénes somos y cómo deseamos vivir nuestras relaciones, sin culpa ni vergüenza.
Sí, incluso si tu deseo rompe moldes.
📒 Derechos y libertades:
Amar con autonomía, decidir con información y protegernos sin miedo.
¿Por qué es urgente hablar de esto desde la diversidad?
Porque para muchas personas LGBTIQA+, hablar de salud sexual sigue siendo incómodo, doloroso o incluso peligroso. Desde el estigma hasta la desinformación, las barreras sobran.
Y por eso, hoy más que nunca, exigimos educación sexual integral, acceso real a servicios y acompañamiento libre de prejuicios.
Así que no te calles, no te escondas, no lo pospongas. Hoy es un buen día para tocar el tema, tocar tu cuerpo, tocar tu historia. Hoy es un buen día para recordar que lo que sentimos también necesita cuidados, abrazos, escucha.Y no, esto no va de portarse bien o mal. Va de vivir sin miedo, de coger sin vergüenza, de amar con información. Porque sí, la salud sexual también es pública, colectiva y urgente. Y porque cuando una persona se cuida, nos cuidamos todes.