Orgulloso amor familiar no es solo una frase de apoyo. Es la historia real de los hermanxs Reyes que aprendieron a acompañarse en la diferencia, en medio de una familia católica y conservadora, donde una salida del clóset se sintió como un terremoto… pero también como el inicio de una transformación.
En el episodio 3 de Es Personal, Alex recibe en el estudio a su hermana Maite, quien, entre risas y recuerdos, confiesa que está nerviosa pero feliz. Y tiene razón. Esta temporada gira en torno al orgullo, y Maite está orgullosa de ser hermana de una persona LGBTIQ+, aunque su camino no estuvo libre de dudas, silencios ni miedos.
Cuando Alex le contó por primera vez que era gay, Maite era apenas una joven de 20 años, criada en un ambiente donde ser diferente se consideraba casi una amenaza. En ese entonces, no entendía del todo qué significaba salir del clóset, pero sabía que su hermano necesitaba un refugio. “Yo no sabía nada del tema, pero eras mi hermano y te amaba”, dice.
El episodio está lleno de confesiones tiernas, honestas y crudas. Alex revela cosas que nunca había dicho en voz alta: desde cómo fingía la voz para que no se burlaran de él, hasta el abuso sexual que vivió a los 22 años. También se sincera sobre cómo usaba el humor como máscara y cuánto le costaba aceptar que no debía ser perfecto todo el tiempo.
Maite, por su parte, comparte cómo el orgullo por su hermano la llevó a replantearse desde sus creencias religiosas hasta las palabras que ahora defiende. Recuerda haber discutido con amigos que hablaban mal de “los gays” sin saber que ella ya era una aliada furiosa. “No entendía todo, pero sabía que no se tocaba a mi hermano”, dice con fuerza.
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Entre recuerdos de videojuegos, pasillos que conectaban sus cuartos y conversaciones difíciles con los papás, este episodio es también una invitación a mirar cómo el orgullo familiar no siempre es inmediato, pero puede florecer con amor, paciencia y diálogo. Es una historia de dos hermanxs que se reconstruyen y aprenden a hablar el mismo idioma.
Y como sorpresa final, Alex compartió a Maite “cosas que no sabías de mí” y las emociones que lo acompañaron en cada momento. Culpa, rabia, ternura… y mucho amor. La ternura, esa que a veces es difícil de nombrar, se hizo presente.
Este episodio está dedicado a todas las familias que han tenido que desaprender, reaprender y abrir espacio para el amor auténtico. Porque salir del clóset no es solo tarea de quien lo dice, también lo es de quien escucha, acompaña y se queda.
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