Por Punto Sero | Especial Mes del Orgullo
La historia del orgullo LGBT+ en Brasil. Donde no siempre fue colorido. Hubo un tiempo en que las personas LGBT+ vivían en las sombras, con miedo, silencio y persecución. Pero también hubo quienes dijeron basta. Quienes organizaron, gritaron, marcharon y no se detuvieron. Así nació uno de los movimientos de orgullo más potentes y visibles del planeta.
Sí, Brasil es hoy la sede de la marcha LGBT+ más grande del mundo. Pero para llegar hasta ahí, hubo dictadura, censura, amenazas… y también esperanza, coraje y carnaval.
Años oscuros: entre la dictadura y el silencio
Durante la dictadura militar (1964–1985), ser homosexual no era delito por ley, pero sí por práctica social. Las redadas, detenciones arbitrarias y censura en medios eran parte del día a día para quienes se atrevían a vivir fuera de la norma.
En ese clima de represión, surgió en 1978 el Grupo Somos, en São Paulo, el primer colectivo LGBT+ del país. Organizaron reuniones, publicaron boletines, y pese a las amenazas, empezaron a hablar en voz alta. Ya no se trataba solo de sobrevivir, sino de existir con dignidad.
Carnaval, cultura y resistencia
En medio de la violencia institucional, la cultura se convirtió en refugio. El carnaval brasileño, con sus carrozas, lentejuelas y cuerpos libres, ofreció un espacio simbólico de liberación. Las drags, las travestis y las disidencias sexuales encontraron allí una manera de existir en lo público, aunque no siempre con respeto, sí con visibilidad.
Personajes como João Antônio Mascarenhas, considerado uno de los pioneros del activismo homosexual en Brasil, comenzaron a abrir caminos, aunque pocos les reconocieran entonces.
El gran día: primera marcha del orgullo
El 28 de junio de 1997, apenas 2,000 personas se atrevieron a marchar por la Avenida Paulista bajo un lema contundente:
“Somos muchos, estamos en todas partes.”
La marcha fue modesta, pero valiente. Hubo presiones de grupos conservadores, amenazas, y mucho miedo. Pero también fiesta, música y comunidad.
Lo que comenzó como un acto simbólico se convirtió, con los años, en un fenómeno masivo.
São Paulo, capital mundial del orgullo
Para 2006, ya eran más de un millón de asistentes.
En 2007, la marcha alcanzó su primer récord Guinness con 4 millones de personas.
Y en 2024, la cifra oficial fue de 3 millones, consolidando a São Paulo como sede de la mayor marcha LGBT+ del mundo.
No solo es política: es turismo, cultura, economía y memoria colectiva. Cada junio, la ciudad se viste de arcoíris para recordar que el orgullo no es moda, es historia.
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⚖️ Derechos que se han ganado
Brasil ha logrado avances significativos en las últimas dos décadas:
- 🏳️🌈 Matrimonio igualitario desde 2013
- 👥 Adopción por parejas del mismo sexo desde 2010
- 🆔 Ley de identidad de género sin cirugía desde 2018
- 🚨 Homofobia y transfobia reconocidas como crímenes de odio desde 2019
Pero la violencia no ha terminado
A pesar de los avances legales, Brasil sigue siendo el país con más crímenes de odio hacia personas LGBTIQAP+ en el mundo.
La discriminación laboral, la falta de leyes específicas contra la intolerancia y los discursos de odio siguen afectando a la comunidad.
Ser visible sigue siendo, muchas veces, un acto de valentía.
Marchar, un acto de resistencia.
Orgullo es también cuidado
Cada año, la marcha de São Paulo es más que una fiesta: es una plataforma para exigir derechos, prevenir el VIH, visibilizar las realidades trans, lesbianas, bisexuales y no binaries. Es cultura, pero también salud, autocuidado y comunidad.
Y desde Punto Sero, con el respaldo de AHF Latinoamérica y el Caribe, creemos que contar esta historia también es cuidarnos.
Porque no hay orgullo sin memoria
De la represión al récord mundial.
De las redadas al carnaval.
De la clandestinidad al millón de cuerpos bailando en libertad.
Esa es la historia del orgullo en Brasil.
Y aún no termina.
¿La compartimos?