Por Punto Sero | Mes del Orgullo
La historia del orgullo en Chile con las que llamaron “locas” no comenzó con arcoíris ni escenarios. Empezó con rabia, con miedo, con máscaras, con redadas. Empezó con un grupo de jóvenes valientes —homosexuales, travestis, trabajadores, estudiantes, artistas— que el 22 de abril de 1973 se plantaron en la Plaza de Armas de Santiago para decir basta al acoso policial.
Fue la primera manifestación pública del movimiento LGBT+ en Chile, y aunque la memoria oficial casi la ha borrado, aún resuena como un grito de dignidad. La prensa de la época no habló de protesta, sino de “escándalo”. Les llamaron “locas”, “degenerados”, “anormales”. Pero lo que ocurrió ese día fue histórico: por primera vez, las disidencias sexuales salieron del silencio impuesto y tomaron la calle.
Protestar en dictadura: valentía sin aplausos
Aquellas personas no tenían banderas multicolores ni respaldo institucional. Lo que tenían era miedo. Y aun así, salieron. A las pocas horas, hubo redadas policiales y más de 30 detenciones. Sin embargo, el precedente quedó marcado: las disidencias existían, resistían, y comenzaban a organizarse.
Tras el golpe militar de septiembre del mismo año, cualquier forma de organización LGBTIQ+ fue brutalmente reprimida. No sería sino hasta los años 90 cuando volverían a surgir agrupaciones como el MOVILH (Movimiento de Integración y Liberación Homosexual) y Ayuquelén, una colectiva lésbica clave en la lucha por los derechos humanos.
De las máscaras al millón de pasos
Durante la transición democrática, las primeras marchas del movimiento fueron pequeñas, casi clandestinas. Muchas personas acudían con máscaras o pañuelos que les cubrieran el rostro, temiendo ser despedidas, expulsadas o agredidas si eran reconocidas.
El 27 de junio de 1999, un nuevo hito encendió la memoria colectiva: la primera Marcha por la No Discriminación, organizada por el MOVILH. Participaron unas 600 personas, un número modesto pero cargado de historia, que marcó el inicio de una tradición anual que hoy reúne a más de 180 mil asistentes solo en Santiago.
Te puede interesar leer: El día en que Argentina se atrevió a marchar
De la vergüenza a la ley (aunque no siempre a la justicia)
La homosexualidad fue un delito en Chile hasta 1999. El artículo 365 del Código Penal castigaba las relaciones entre personas del mismo sexo con cárcel. Ese mismo año, el país marchó con orgullo por primera vez. Coincidencia simbólica o justicia tardía: lo cierto es que el movimiento logró, en dos décadas, conquistas legales como:
- 🏳️⚧️ Ley de Identidad de Género (2019)
- 🚫 Ley Antidiscriminación o Ley Zamudio (2012), impulsada tras el asesinato homofóbico de Daniel Zamudio
- 💍 Matrimonio igualitario (aprobado finalmente en 2021)
Sin embargo, el camino no está completo. Siguen pendientes temas urgentes: fin de los crímenes de odio, acceso digno a salud para personas trans y con VIH, y una cultura de respeto que aún no llega a todos los rincones del país.
La dignidad también es orgullo
Recordar esta historia es mucho más que un ejercicio académico. Es volver al origen. Es entender que lo que hoy se vive en las calles con música, glitter y alegría, fue primero miedo, persecución, cárcel, muerte.
Por eso, en este mes del Orgullo, desde Punto Sero abrazamos la memoria. Porque sin memoria no hay futuro. Y porque como nos enseña AHF Latinoamérica y el Caribe, la salud y el cuidado también son lucha, también son resistencia, también son revolución.